Juventud y precariedad

Primera parte: precariedad laboral.

Hace tiempo tengo la inquietud de escribir al respecto de la precaria situación que vivimos los jóvenes en el estado de Sinaloa y en todo el país en general, prácticamente todos los rubros que hay y por haber, salud, seguridad pública, educación, vivienda, mercado laboral, que a su vez es una situación de carácter internacional en gran medida agravada por el neoliberalismo, situación la cual adolece no solo nuestro país, sino muchos otros; tan solo me limitaré al tema laboral, aunque es natural que toque otros temas, ya iré abordando los otros temas en posteriores artículos.

Las condiciones laborales en nuestro estado son por demás lamentables, parece que los jóvenes debemos conformarnos con trabajos mal pagados, sin seguridad social y sin poder aspirar a una mayor movilidad social; el estudiar una carrera profesional si bien aumenta las oportunidades, no se presenta como una solución infalible en cuanto a garantía para poder aspirar a mejores salarios y mejores trabajos, sin mencionar que las exigencias del mercado van en aumento, desde una carrera profesional, hablar más de una lengua, ser joven y poseer experiencia en el rubro, el mercado exige mucho, pero paga poco .

Las cifras son duras, me permito aportar datos del Instituto Mexicano para la Competitividad.

“El panorama educativo y laboral de los jóvenes en México(IMCO, 11/08/2022): Hay más de 9 millones de jóvenes que trabajan o buscan un empleo. La mayoría (48.8%) de los jóvenes que tienen un empleo laboran entre 35 y 48 horas a la semana y 44.9% de ellos tiene una remuneración máxima de $5 mil 186 pesos mensuales.

Los jóvenes que desean y buscan pertenecer al mercado laboral se enfrentan a un panorama más complicado que el trabajador promedio. Son el grupo poblacional con la tasa de desocupación más alta, de 6.4%, casi el doble que la tasa de desocupación nacional (3.5%).

Además, en el primer trimestre del 2022 se registró una tasa de informalidad de 67.4% para los jóvenes, la segunda más alta después de los adultos mayores (75.8%) y que se encuentra por encima de la tasa de informalidad promedio del país, de 55.2%. Los jóvenes que ingresan al mercado laboral con un empleo informal tienen una mayor probabilidad de permanecer en condición de informalidad a lo largo de su trayectoria profesional.

En este contexto, los jóvenes que estudiaron una carrera universitaria enfrentan una menor informalidad, con una tasa de 51.9%, mientras que para aquellos que únicamente terminaron la secundaria aumentan las posibilidades de laborar en la informalidad, con una tasa del 76%. Además, por cada 100 pesos que gana por su trabajo un joven con carrera profesional el joven que estudió hasta la secundaria recibe 78. Contar con un mayor nivel educativo brinda mayores posibilidades de conseguir un empleo formal y mayores ingresos. Estos datos confirman las expectativas de los jóvenes respecto a la educación profesional. “El panorama educativo y laboral de los jóvenes en México”(IMCO, 11/08/2022).

En Sinaloa, el mes de agosto de 2022 veíamos por ejemplo al director general del Instituto Sinaloense de la Juventud, Saúl Gerardo Meza, tocar el tema ante la acusación de los empresarios de que a los jóvenes no les gustaba trabajar.

Más específicamente, esta pequeña polémica iniciaba el mes de julio de 2022 cuando Julio César Silva, representante del Colectivo de Organizaciones y Empresarios (CORE 33), expresó que en los últimos tres años parecería que las personas en edad productiva no tienen interés en desarrollarse profesionalmente. (Fuente: https://tvpacifico.mx/noticias/280198-sinaloa-tiene-30-mil-vacantes-los-jovenes-no-quieren-trabajar) .

A lo que el director general del ISJU respondió:

“Los jóvenes somos muy trabajadores, vas a algún comercio y ves a jóvenes trabajando, en el mercado de abasto desde las cuatro o cinco de la mañana hay jóvenes trabajando, que no vengan a decir que los jóvenes no queremos trabajar”, fustigó.

Sin embargo, es necesario que los empresarios y empleadores ofrezcan salarios justos, prestaciones de ley y garanticen un ambiente laboral sano.

“Yo invito a los colectivos y a las organizaciones y a los empresarios para desarrollar de manera conjunta alguna estrategia, compromisos, algo que les pueda dar una solución a esta problemática”, concluyó.(Noroeste, 02/08/2022).

Como podemos apreciar los jóvenes vivimos una situación de precariedad en el mercado laboral, hace un par de semanas al respecto del tema mi amigo Víctor Manuel Arredondo escribió una columna cuyo titulo es solo pedimos una oportunidadpara la revista Politikmente; este artículo es bastante bueno, pero creó que adolece de un error, el cual es pedir una oportunidad como si se tratará de una súplica, como si con eso el buen patrón fuera a iluminarse con un rayo de bondad en su corazón y per se decida aumentar los salarios de los desdichados trabajadores jóvenes.

No debemos suplicar, debemos exigir, pero para eso necesitamos organizarnos y hacer propuestas. Iniciar mesas de dialogo no es mala idea, pero no basta, debemos organizar sindicatos, asociaciones y colectivos de trabajadores en unidad con aquellos y aquellas que ya no son jóvenes, pero que a su vez sufren la precariedad del mercado laboral agravada por el neoliberalismo; debemos construir un verdadero movimiento que de dignidad a la clase trabajadora y ¿quiénes mejores que las y los jóvenes?, para llevar a cabo esta ardua tarea, hay que asumir nuestra responsabilidad histórica, si es que no queremos conformarnos con suplicar y quedarnos esperando la buena voluntad del patrón y al menos en lo personal creó que la dignidad no se mendiga.

Bibliografía:

El panorama educativo y laboral de los jóvenes en México (IMCO, 11/08/2022).

Sinaloa-tiene-30-mil-vacantes-los-jovenes-no-quieren-trabajar(https://tvpacifico.mx/noticias 20/07/2022).

(Noroeste, 02/08/2022).

Víctor Manuel Arredondo “Solo pedimos una oportunidad”(Politikmente,12/05/2023).


Eduardo Benítez Angulo.

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