Es ampliamente conocida la gracia del mexicano de tomarse las cosas a la ligera (quizá demasiadas cosas); la antigua tradición del Día de muertos, ahora declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO, es una costumbre que nos permite tener una percepción menos trágica de la muerte, nos ofrece aprehender una difícil etapa de la vida y recordar con sumo orgullo a esas personas que significaron importancia en nuestra vida. En Sinaloa sabemos bien de la muerte, no es ningún secreto; la hemos escuchado por las calles en explosiones de plomo y cobre, la vemos todos los días por las banquetas y camellones erigida en recuerdos de cemento y yeso, nos mancha con tinta negra la yema de los dedos al hojear los periódicos locales. Es por eso que es importante comprender lo que nuestros antepasados propusieron con esta celebración: donde hay muerte, hay renacimiento; el fin no es el fin sino una transición que nos lleva a un mejor lugar sin importar cual sea nuestra creencia, conmemorar a quienes se han ido es una catarsis útil para el agraviado y para el difunto, mirar de frente nuestro dolor es la vía rápida y segura para sanar.
Algo que me parece curioso de los conservadores, puristas y ciertos líderes de opinión es la insistencia de amedrentar a las personas haciéndolas creer que estamos perdiendo una tradición de mucho valor histórico, que fiestas sajonas como el Halloween, están ganando terreno en los niños y jóvenes de la actualidad (por alguna razón los jóvenes de cualquier actualidad, siempre estamos equivocados), que estamos pues, perdiendo nuestra identidad mexicana; esto es una falsa alarma, lo que en realidad es alarmante es la doble-moral con la que viven estos individuos, si fuese realidad lo que dicen, ¿no deberíamos también deshacernos de cualquier arte extranjero, de los restaurantes de comida china, de los neologismos que utilizamos diariamente al hablar? o ¿es que acaso soy más mexicano por comer tacos, usar sombrero o consumir únicamente arte creado (el cual es pobremente apoyado) en este país? La realidad es que todos los países tienen sus costumbres y tradiciones, hacer comparaciones es un acto fútil y acartonado, ninguna es mejor que otra, al contrario, muchas tienen elementos de provecho que podríamos aprender. Conocer otras culturas no debe de ser un acto para alarmarse, no compartirlas es avergonzarse de nuestros orígenes, propongo que lo hagamos, total, el Día de muertos es una tradición que nunca desaparecerá y ¿cómo puedo estar seguro de esto? Porque siempre habrá muertos, más en Sinaloa.
Josafat Moraila
OSTRACA: LIBERTAD RESPONSABLE 
Simplemente MUY BIEN expresado, es verdad que si se quiere exponer una tradición como el día de muertos ‘reemplazada’ por alguna otra extranjera y esto nos hace malos Mexicanos, entonces dejemos de escuchar música no producida en México y claro, únicamente los géneros originarios de aquí; pues algúnos géneros musicales aunque sean producidos aquí (el rock por ejemplo), siguen siendo influencias externas.
¡Muy buen artículo!.
Exacto Karla, las líneas son muy delgadas en este tema, qué es válido y qué no, es tan abrumante para la cabeza que simplemente no se siente bien perder mucho tiempo pensando en ello, creo que la guía en este tema es la libertad, de querer hacer, escuchar, comer, preferir lo que queramos, si no, cuál es el punto de estar en esta vida.
Ví en un documental a un wey que le preguntaban que si qué pensaba de USA, y, obviamente, no hizo más que atacarlo. El wey traía puesta una playera de alguna banda metalera gringa (no recuerdo cuál) y trabajaba en un puesto ambulante vendiendo discos de música, la gran mayoría de ellos de procedencia estadounidense. Entonces le preguntaron que si qué pedo con eso entonces, y el tipo, avergonzado, dijo algo como “ah no pues.. en cuestión de música sí me trae mucha satisfacción..”. Y tienes razón, este tipo de conductas se ven a diario, jóvenes quejándose del narcotráfico pero que no pueden vivir sin el churro de mota, gente que se queja del gobierno y ni siquiera se levantan para ir a votar; la especie humana es una contradicción con piernas. Y apesta.
Que pendejada de articulo, ni siquiera lo terminé de leer.
Si te mueres primero que yo, yo te haré tu altar el día de muertos :*
El problema de consumir productos culturales no es lo que consumes en sí, sino de qué manera. El problema de nuestro país es la falta de educación, de una postura crítica ante lo que entra. No está mal ver telenovelas, tampoco está mal ir a una fiesta de halloween ni poner calabazas en el jardín…el problema está en qué significado le das a eso ¿es mi realidad? ¿tengo opción a otras cosas? ¿puro entretenimiento?
Quizás tú y yo entendemos perfectamente la línea entre una cosa y otra; el problema es quien no lo sabe.